martes, 22 de septiembre de 2009

El albergue

Albergue: "lugar que alberga" (una de las acepciones). Este "albergue" al que me refiero, es el del Instituto Nacional de Cardiologìa (el Cardiològico, como lo conocen todos los mexicanos).
Es un lugar donde se alojan los familiares (y a veces los pacientes dados de alta), que vienen de lejos.
Lo encontrè porque Dios quiso, como encontrè tantas cosas y personas en estos dìas de "zozobra" si se pueden llamar asì.
Cuando estaba en medio de la tormenta ... sola, sin saber bien dònde pasar las noches y los dìas que me esperaban, que ni siquiera sabìa cuàntos serìan, una de las guardias de la entrada al hospital, me desliza al oìdo la idea de ir a pedir un lugar al albergue (que yo ni sabìa que existìa). Y agregò: "vaya usted, y pregunte por la Srta. Olivia, o sor Martita, asì ven que usted conoce ya el lugar" (y yo jota de nada, por supuesto)
Y fuì ... y toquè la puerta que me dijeron. Una puerta chiquita, disimulada, de poca importancia, como perdida en medio de un paredòn que da sobre Viaducto de Tlalpan, a sòlo 50 metros del acceso de visitas del "cardiològico".
Y me atendieron ... y me dieron albergue.
Un lugar de esos que no tienen precio ... porque tienen demasiado valor.
Por sòlo 15 pesos mx (un dòlar y 10 ctvos), me ofrecieron cama, desayuno, comida, cena, baños con agua caliente ... un piyama ... y mucho, mucho amor y comprensiòn y contenciòn ... y què se yo cuàntas cosas màs.
Un lugar donde uno descubre a poco de estar que no alberga personas ... alberga historias.
Ahì se funden y confunden el dolor y la alegrìa ... El dolor de los familiares por sus enfermos. La alegrìa de ellos y de todos los demàs por cada paciente recuperado.
Ahì todas las personas y todas las historias se hacen una y se abrazan frente al dolor de las pèrdidas ... que no son pocas, porque hay que entender que estamos todos en la misma: nuestros pacientes, tienen el corazòn enfermo ...
Y hay de todo: mujeres, hombres ... jòvenes, menos jòvenes ... y lo màs tierno y conmovedor: hay niños enfermos, niños internados, operados, esperando que los operen ... Y en el albergue estàn los padres, esperando las fechas de las cirugìas, esperando la hora de la visita, para ir a verlos.
Conocì ahì a personas a las que no olvidarè nunca.
En otras entradas, contarè algunas historias breves de ellas. Por hoy, sòlo decir lo que fueron para mì esos 10 dìas en "el albergue":
"una muestra gratis de Cielo"

1 comentario:

  1. ahy abu, que lindo... que lindo que escribis. me inspira y me ayuda a seguir adelante.
    te amo
    clochi

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