domingo, 15 de noviembre de 2009

Yo soy ella ... yo soy Ana

martes 15 de noviembre de 2005

Me he salido de ella, y ella no se ha dado cuenta.
Me he sentado en la rama màs alta del limonero.
Desde acà la miro atentamente ... està sentada en su silla de siempre,
Se le pierde la mirada en la pared blanca de enfrente.
Ella no ve la pared blanca, ella ve sòlo una pantalla
donde refleja su mente.
La casa està en silencio ... como siempre ...
YO me hice chiquita en la rama
y veo còmo, en la pared blanca, se refleja su nostalgia.
Hay una larga lista de cosas que ella extraña.
Extraña la voz de sus hijos ...
ver crecer a los nietos ...
compartir con sus hermanos la comida del domingo ...
y los encuentros a diario con uno que otro amigo.
Extraña las tarde de la quinta en el calor del verano ...
la cara helada en las mañanas de invierno ...
el cielo azul y la calma del otoñal mes de marzo
y hasta los vientos incòmodos de la primavera estrenada.
Extraña el olor de un asado y el sabor de los helados ...
el color de la escarapela y los 25 de mayo
Ella extraña 55 años vividos en el mismo pueblo,
con los afectos al alcance de su mano.

Los codos en la mesa, las palmas de ambas manos en la cara sostienen su cabeza,
... y la mirada perdida en la pared.
Ella ya no piensa en nada.
Se levanta lentamente, se dirige hasta la cama ...
se recuesta ... y yo la dejo, ya no quiero molestarla.
Es mejor que en brazos de Morfeo,
vaya un rato al mundo de sus sueños.
Yo la entiendo ... yo soy Ana ... yo soy ella.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Donde los pinos se visten con tules ...

Esto lo escribì el domingo 14 de agosto de 2005

"A mitad de camino de Cuernavaca al DF, yendo por la Carretera Federal, casi a 3000 metros de altura, a veces los pinos se visten de tules.
Esto sucede en tiempo de lluvia, es decir, entre junio y noviembre. Llueve ahì por las noches, y los pinos se dan su ducha diaria ... y la disfrutan.
A la mañana temprano, ni bien sale el sol, le regalan a èl las gotas de lluvia que no usaron. El sol, a su vez, empieza a tejer con ellas una fina niebla de tul con que viste a los pinos por un par de horas. Tul que lelos exhiben coquetos Cuando el dìa se adentra, el sol levanta los tules, los enrolla y los eleva en desparejas y preñadas nubes.
El viento se suma al equipo en altura, traslada las nubes y lleva porciones de tules y pinos y los deja caer en los alrededores en renovada lluvia cad noche. Y por la mañana .... empieza de nuevo la danza de tules.
El sàbado, yendo al DF yo vi los pinos vestidos de tules. Y entre los tules danzando, mil tonos de verde en desparejos terrenos sembrados de avena y maìz.
Y uno mira todo eso, pinos, tules, verdes solares y volcanes, y siente que desde las entrañas mismas, Dios sube hasta el alma y desde adentro y desde afuera comienza a uno a hablarle.
Y yo "sentìa" que Dios me hablaba, que Èl ahì estaba, como queriendo regalarme un Divino festìn para mì sola.
Fuè hermoso Mirarlo ahì afuera y sentirlo a mi lado latiendo en el alma, en ese lugar entre el corazòn y el estòmago, diciendome: Aca estoy, Ana..."

viernes, 13 de noviembre de 2009

La vida: convivencia de lo opuesto

Son las 3:00 de la tarde en Mêxico, el invierno se insinùa. A esta hora, una leve brisa fresca entra tìmida por la puerta como pidiendo permiso para poder entrar. La dejo ... me encanta la caricia del frìo ... me recuerda las tardes de otoño del sur.
En este momento recuerdo lo que no hace muchos dìas comentaba Cloè en su blog con respecto a "la tragedia y la comedia".
El recuerdo lo provoca, porque mientras estoy escribiendo estas letras, escucho la respiraciòn acompasada de Oscar descansando ... tranquilo ... relajado ... saludable.
Hace poco màs de dos meses, comenzaba la "tragedia", que se me hacìa interminable y definitiva. Hoy, en lugar de recordar aquello, vivo la "comedia" de verlo bien.
Lo de tragedia, en el sentido que Cloè le daba, lo mismo lo de comedia. Al fin ella querìa hablar de la tristeza y la felicidad.
Y de eso es de lo que estoy hablando hoy. Y es cierto lo que ella decìa: "si uno no vive la tristeza, no puede reconocer la felicidad".
Hay un dicho que dice "nadie disfruta tanto de la paz, como quien ha vivido la guerra".
Doy fe. El sonido de esa respiraciòn de un Oscar repuesto y sano, me sabe a paz y felicidad.
Esta mañana, ya olvidados los dìas de hospital, comentàbamos que, pasando el dìa de hoy, sòlo quedan 30 para estar volando a Argentina. Y, como dice Cloè tambièn, se nos "riscaldaba" el corazòn de sòlo imaginar lo que vamos a disfrutar de eso.
Es la vida, que alguien definiò como "la convivencia de lo opuesto": lo dulce y lo amargo ... lo verde y lo maduro ... el frìo y el calor ... la guerra y la paz.
Una vez, una mujer mexicana me preguntò què era para mì la felicidad. Y le dije que era un rosario con interminables cuentas de pequeños momentos vividos. Este es uno de ellos.
Yo guardo ese "rosario" en una cajita dorada, dentro de mi, en ese lugar que todos tenemos que està entre el alma y el corazòn. Muchas veces, he ido a buscarlo y lo he sacado un ratito, lo he deslizado por mis dedos muy despacio y he vuelto a vivir esos momentos. Siento que son el extracto que tengo siempre a mano, para preparar un tecito "calientito" y sorberlo de a poquito.
Habiendo superado los 60 años, y habiendo vivido lo poco de "tragedia" que ha tenido mi vida, puedo espejarme en una prosa de Jesùs Quinteros que dice:

"Hemos nacido para volar y tenemos la obligaciòn de remontar una y otra vez el vuelo. Te lo digo yo, que me he derrumbado y estrellado muchas veces.
Y sin embargo, insisto. Cuando sientas que te derrumbas, que caes vertiginosamente entre astillas y huesos, entre llantos de arena y aguaceros de vidrio, da un par de aletazos y arriba."

Y es totalmente cierto. Como Jesùs Quinteros, màs de una vez he tenido que dar un par de aletazos, y saben què ...? FUNCIONA ........!!!!!!!!!!!!!

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Soñè ...? Tuve una visiòn ...? Lo percibì ...?

...No lo se, sòlo sè que fuè muy real y que "lo vi" estando ya acostada, esa noche del sàbado 11 de octubre de 2003 ... y me levantè a escribirlo ...

"Hoy hace 16 años que papi "naciò" a la Vida Eterna. Y parece que lo festejaba "con todo". Hace dos dìas, invitò a su fiesta al tìo Mauro. Mauro no lo pensò demasiado, ademàs hace ya un par de meses (desde que partìò la tìa Angèlica) que tenìa listo el equipaje. El caso es que se puso en camino alentado por las "porras" que desde el otro lado del puente le daban tantas caras conocidas ... y tan queridas.
Al principio del cruce, se confundiò un poco, porque papi y la tìa Pety no se ponìan del todo de acuerdo al momento de guiarle los pasos. Pero cuando los pudo entender bien, apurò el tranco y esta mañana, a las 7:30, ya era "parte del equipo".
Papi, por supuesto, se diò el gusto de esperarlo en primer lugar ... se fundieron en un abrazo apretado y largo ...
Uno a uno, despuès, le dieron todos los demàs, la bienvenida sin palabras que Allì se acostumbra dar.
Una Luz muy clara, muy limpia, muy intensa, alumbraba todo el lugar.
Un poco màs atràs, como de costumbre, mami esperaba el turno para saludarlo. Lo hizo tambièn con un abrazo intenso y càlido en el que puso todo lo que habìa en su corazòn. (Pensar que me llevò una vida entender que mami sentìa mucho màs de lo qu e demostraba).
La ùltima en abrazarlo fuè la tìa Angèlica. No hacìa tanto que se habìan "separado". Y ya se sabìa que no podrìan estarlo por demasiado tiempo. Siempre me pareciò que fuè un matrimonio especial para su època. Supongo que el tìo tuvo lo que llamarìamos "un metejòn" con ella..
Me fuì por las ramas, creo. Es que mientras "veìa" (sin ser vista) todo este alboroto, esta alegrìa, esta cantidad de abrazos ... tuve tiempo de pensar un rato.
Fuè la tìa Pety la que dijo que ya era hora de sentarse a la mesa. Remigio se sentò en la cabecera. Me llamò la atenciòn que sòlo habìa sobre ella un gran mantel blanco, ningùn cubierto, y nada de comida.
Ni bien se sentaron, parecìa como que Mauro estaba dispuesto a la "entrevista" que esperaba le hicieran ... caramba, al fin y al cabo era el ùnico que tenìa noticias frescas del "otro lado".
Cuando quiso empezar a contar, Teresa que estaba a su derecha, le tocò el hombro y le pidiò que mirara detràs de èl ... estaba sentado de espaldas a una baranda de material blanco torneado (no pude saber si granito o blanda nube).
Mirò hacia abajo, sonriò y entendiò por què no le preguntaban nada.
Es que desde ahì se veìa todo ... Dorila, el Cachiyuyo, Pico, Ballester, los hijos, los nietos, los amigos ... todo.
Què bueno que la "comida" no fuera comida, que no hicieron falta las manos para tomar cubiertos, porque Beba no le soltò ni un momento el brazo.
La mesa era enorme, ahì estaban los Gonzàlez, los Appendino, los Robilotta ... en fin, casi no alcancè a ver a todos. Tambièn algunos "amigos inolvidables" de papi y Rina. Entre otros con esa sobriedad y elegancia tan particular, Elena Bergman, con cara de recièn llegada.
Fuè lindo "colarme" un ratito por ahì. Entendì que nadie "se muere", que en realidad estamos "muertos" de este lado.
Llegar ahì, eso sì que es Vida.
Par festejar pusieron la mesa, y la "comida" fuè tomarse de las manos con mucha suavidad ... cerrar los ojos ... y disfrutar de una especie de "corriente comùn" que los hizo transparentes y luminosos ... se veìa tanta luz ....!!!!!!! Se oìa como en bambalinas un coro muy especial, al no puedo describir ... ni escribir ni ejecutar esa mùsica.
Me di cuenta que "EL ALIMENTO" era puro amor compartido. Entendì eso de que en el Cielo no hay hambre, ni sed, ni frìo, ni calor ... pude ver que tampoco hay miedo, ni angustia, ni depresiòn, ni preocupaciones.
Al ver ahì a papi, a Rina, a la Mare, a la abuela Rosa ... entendì tambièn que para disfrutar de tanta Paz, antes hay que vivir de este lado, hacer lo que honestamente uno crea correcto ... equivocarse quizà... acertar algunas veces ... pagar las cuentas pendientes por los errores cometidos y, entonces, un dìa EL PADRE les harà un guiño a ellos y correràn apurados a la punta del puente, porque tambièn yo serè parte de esa fiesta.
Espero ese dìa con calma ... sobre todo, despuès de haber "visto" lo que acabo de contar.


sábado, 7 de noviembre de 2009

Primera visita familiar en Mèxico ... !!!! (año 2003)

ACAPULCO .... Viernes 31 de octubre de 2003

Acapulco ... entrada la noche ... parada en el balcòn del cuarto del Hotel Elcano.
La bahìa tiene al medio una "calzada de plata" que la luna le dibuja. Y una enorme falda de mil lentejuelas multicolores la rodea y la viste de Halloween.
La mùsica rìtmica la pone el mar en el incansable ir y venir de las olas.
La alegrìa de vivir viene en "envase familiar": Silvina, Christian y las nenas estàn con nosotros.
Hoy me parece obvio decirlo, pero quizà dentro de unos años, como auxilio a la memoria, sea bueno leer que esta es la primera visita que recibimos de la lejana Argentina.
Llegaron el sàbado a las 11:00 de la noche. Como estampillas, no nos hemos despegado ni un minuto. Y es casi literal esto, porque hasta dormimos "las 3 juntas", en la sala del bungalito en una cama armada con dos colchones que, sumados, dan 2 x 2 metros ... casi una plaza de pueblo.
Acà en Acapulco, en la misma habitaciòn, que tiene 2 enormes camas dobles.
Cloè es una señorita total de afuera: su cuerpo, su altura ... el nùmero de calzado. De adentro, una dulce nenita, sensible, atenta a los detalles, jugando y peleando un poco con su hermana ... una dulce niña que nos hace ver que "nos estamos poniendo viejos".
Nicole, un personaje. Cuando abre esos ojazos azules parece que el mundo todo se ilumina. Le encanta tomar riesgos: en el mar, en la "alberca", en todos lados. Le fascina comprar de todo. Y nos sorprende con los comentarios y razonamientos "adultos" que hace de algunas conversaciones nuestras.

Cuernavaca, sàbado 8 de noviembre de 2003

"Nunca llegaron ... nunca estuvieron ... nunca se fueron". Esta muletilla la vengo repitiendo (o escuchando dentro mìo) , desde las 3:00 de la mañana, de un modo involuntario (o al menos inconciente). Quizà sea un mecanismo de defensa emocional que se disparò espontàneamente, y que me proteje del vacìo que quedò a partir que cerramos el portòn y desandamos el camino al bungalito. Y de nuevo fuimos sòlo dos ... o mejor dicho: los dos solos.
Nos tomamos dos pasionarias cada uno, nos abrazamos y nos prestamos mutuamente el hombro para esconder las làgrimas ... prendimos la tele, y, sin palabras, nos prometimos no entristecer al otro.
Antes de las 8:00 ya estàbamos en pie y, acompañados por un mate itinerante, empezamos a "desarmar el campamento".
Debajo de una frazada, apareciò un globo naranja que le regalaron a Nicole en Acapulco. Tenìa una carita dibujada con birome. Ella se la debe haber pintado. Me neguè a guardarlo. Sigo escuchàndola: "abu ... abu". Cloè me enamora ... Nicole me desvela.
A las 12:00 habìamos terminado de ordenar y limpiar, y ya llevaba tres maquinadas tendidas. Todo el dìa, por la libertad del Espìritu, los acompañè en el vuelo, hasta hace una hora (acà son las 18:30) en que calculo aterrizaban en Bs. As.
A lo mejor en un ratito suene el celular, avisando que ya estàn en su casa ... digo, no sè si llamaràn.
Fueron 13 dìas tan lindos ....!!! Fuimos a Taxco ... a las Grutas de Cacahuamilpa ... a Xochicalco ... al lago de Tequesquitengo. Inolvidables dìas en Acapulco, con esa "alberca" que parecìa calentada a gas ... esas "mañanitas" que me cantaron el dìa de mi cumpleanos, estando todavìa en la cama.
Unos dìas despuès, ese paseo por los canales de Xochimilco, y el mariachi a $ 70,00 pesos por canciòn ... jaja.
El jueves llegamos a los pies del Popo ... imponente, hermoso, apenitas pitando a mitad de la tarde.
Hicimos unos cuàntos km todos juntos. Muchos de ellos con Nicole en la falda, quejàndose de algùn dolor màs inventado que real, buscando hacerse la gata. Anoche se durmiò en mis brazos, miranto tele en la cama de Oscar, que la acostò con èl a modo de despedida.
Las 2:00 de la mañana llegaron muy ràpido. En la cama del suelo, Silvina suspiraba de vez en cuando, creo que no durmiò demasiado.
La partida parecìa una sentencia, y se cumpliò todo ràpidamente. La despedida fuè breve, casi sin palabras. La noche estaba fresca y callada.
Allà arriba, las Tres Marìas aseguraban que el mismo Cielo nos cubre ... aunque 9.000 km nos separan.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Genes recesivos de inmigrantes, laten en mis venas

Viernes 18 de julio de 2003

Esto lo escribì en el bungalito de Las Palmas, una tarde de verano, regresando de un dìa de trabajo.

"Me pregunto si la memoria celular o el efecto de genes recesivos con una pizca de espìritu migratorio, no tendràn su influencia en mi vida.
A principios del siglo pasado, subìan a los barcos en el puerto de Gènova, miles de "tanos" de pos-guerra, en busca de un sueño: HACER LA AMÈRICA Y VOLVER ...
Entre ellos, una muchacha de 20 años, flacucha, de ojos tan celestes como el cielo, con una nenita de 3 meses en brazos, subiò detràs de un muchachote de treinta y tantos, que la trajo a una tierra que èl ya conocìa.
Asì llegaron la Mare (mi abuelita), el Pare (mi abuelito) y Rina (mi mamà). Nunca "hicieron la Amèrica" ... nunca volvieron ...
Ochenta años despuès, ya en aviòn y a 900 km por hora, tambièn yo salì detràs de un hombre con muchos sueños, rumbo a un paìs desconocido que nos abrìa los brazos y nos llenaba de esperanzas: Mèxico.
Ya no hablamos de "hacer la Amèrica"; ahora queremos "hacer la diferencia ... y volver". ¿La haremos ...? ¿volveremos ...? quì lo sà ...?
Esos gringos cargaron el talego al hombro y salieron a sembrar maìz al voleo. Y vivieron de la siembra y la cosecha, y de lo que, con sus manos plantaron, criaron, moldearon.
Nunca supe si mi abuelo estuvo frustrado por no hacer dinero, o se sintiò triste por no volver nunca a Italia.
Supongo que mi abuelita debe haber sufrido mucho la distancia, la falta de las comodidades que tenìa en su lejana Carmagnola ... la lejanìa de toda su familia.
Recuerdo con cuànta ansiedad, alegrìa y fruiciòn, abrìa y leìa las cartas que llegaban cada cinco o seis meses. Y ni què decir cuando adentro venìa una foto. Y nunca volviò. Nunca antes, como ahora, la entiendo tanto.
Salvando las distancias, las circunstancias , y todos los avances que suponen estos 80 años, yo siento que estoy repitiendo la historia.
Una Argentina devastada, no por guerras, sino por gobiernos corruptos, vacìa de oportunidades para "quebrados" de màs de 50 años, nos "empuja" a buscar otros horizontes.
Siento que cada mañana cargo un talego, que hoy tiene forma de maletìn con varios cierres. Adentro hay semillas con forma de folletos y pastas dentales, que, una a una voy sembrando en la mente, oìdos y conciencia de cuanta persona acceda a escuchar.
Y siento que voy sembrando, una a una, las semillas de la "diferencia" soñada Y con eso, voy acunando el sueño de "volver".
Y cuando màs grande es el sueño, màs liviano es el talego. Porque camino muchas horas y muchas cuadras en una ciudad que, comparada con mi Pico natal, es enorme, està llena de gente, de autos, de ruidos ... Pero cuando camino de un cliente a otro, pienso en còmo seràn mis dìas cuando VOLVER sea una realidad."

lunes, 2 de noviembre de 2009

Para PAPI ... mi papà, el dìa 11 de octubre del 2007

Papi ... a 20 años de tu “partida”


A riesgo de caer en citas comunes: “parece mentira” que ya hayan pasado 20 años. En nùmeros son muchos, pero en sensaciòn no parecen tantos. Es que, como dijo hoy Diana, estàn tan frescos los recuerdos, que no parecen 20 años.

Recièn, caminando “cuesta arriba” por las callecitas empedradas de Santa Marìa, pensaba en esto de “fallecer”, “morir”, “dejar de existir”, y ninguna de las definiciones, por llamarlas de alguna manera, se me hacìa aplicable a la “partida” de papi.

Una persona como èl no muere nunca, no deja de existir nunca. La memoria de quienes lo amamos, lo disfrutamos, lo conocimos, no lo dejan “dejar de existir”.

Èl siempre existirà en el recuerdo y en las vivencias diarias mìas , por ejemplo. Y eso lo transmitì a mis hijas y ellas a sus hijos. Y eso serà asì siempre. Y generaciones sabràn quièn era “papi”, “don Carmen”, o còmo mejor prefieran nombrarlo.

Un hombre ejemplar en muchos sentidos, por no decir en todos y entonces ganarme la benèvola sorna de Juanca. Un padre de esos a los que habrìa que sacarle fotocopias. Un marido del que, aunque no me toque a mì catalogar, puedo dar fe de su paciencia, de su respeto por la familia. Un hombre comùn, con los mismos o màs problemas que muchos de sus contemporàneos, que tenìa la capacidad de dejarlos en la puerta de la casa cada noche al llegar. Al menos nosotros, sus hijos, nunca nos dàbamos cuenta de cuànto le pesaban. No mientras fuimos chicos, y eso se lo agradezco hasta el dìa de hoy.

Un tipo comprometido y congruente con sus valores y sus principios. De èl aprendì que “lo que no es tuyo, no es tuyo, asì de simple” ... “que siempre hay algo para dar al que màs lo necesite” ... “que cuando des, no hieras la dignidad del otro” ...”que el que grita, es porque se le han acabado los argumentos” ...”que la gente siempre tiene una razòn para reaccionar como lo hace, y hay que comprenderla” ...”que las instituciones intermedias de un pueblo necesitan del compromiso de sus habitantes, pero no son trampolines polìticos de nadie” ...”que el que afloja pierde y no hay mal que dure 100 años” ... y tantas, tantas otras cosas.

Creo que nacì antiperonista e hincha de Ferro porque me lo transmitiò celularmente. Y lo serè hasta la muerte. Y no en homenaje a èl, sino porque me circula en las venas.

Recuerdo su cara, las arrugas de su frente, su pelo peinado con “gomina”, el surco que le habìan marcado las patillas de los anteojos. Lo recuerdo con su pañuelo al cuello, su camisa clara de mangas cortas, el pantalòn a la cintura y un cinto marcando el ecuador de su barriga. Sus zapatos Guante, color negro, y su aroma a Old Spice.

Recuerdo las mañanas de domingo metidas Susana y yo en “la cama grande”, escuchando el cuento de Juancito el Zorro, o leyèndonos los cuentos de Vigil, de ese libro de tapas enteladas color marròn, que sòlo èl podìa tocar. Mami cebando mate y nosotros queriendo que la mañana se haga eterna debajo de las sàbanas calentitas.
Recuerdo las idas al “campo” los domingos, llevando merengues o un postre que a la Mare le gustaba. Recuerdo los partidos de Ferro, los domingos a la tarde. Especialmente en el invierno, mamà tejiendo arriba del auto y yo junto a èl, detràs de la baranda, gritando cuando èl gritaba, callando cuando èl callaba.

Recuerdo las kermeses de los Italianos, cuando compraba toda la serie de la rifa de una caja de bombones Saint. Sus llegadas en el tren de la mañana temprano de un dìa cualquiera, procedente de Buenos Aires, trayendo una caja de bombones de regalo, que mi mamà cuidaba “para que duraran”. Todos envueltos en papeles de colores. Sabor intrasferible de rellenos de turròn, de frutilla, de dulce de leche ...

Recuerdo cuando me enseñaba a jugar al ajedrez y a tomar un sorbito de whisky que tanto le gustaba.

Recuerdo el tìpico olor de sus habanos, fumados lentamente, saboreados y hasta como con un mimo agradecido por dejarse degustar.

Lo recuerdo presidente de Ferro, vocal de la cooperadora policial, director del Banco de la Pampa, intendente, presidente de Cicar ... lo recuerdo activo, participativo, caritativo. Se que mucha gente disfrutò de de èl, de su trabajo de su cooperaciòn, de su amistad.

Pero presumo, papi, de que nadie, nadie, te disfrutò tanto como yo. Te admirè, te amè, te imitè como nadie lo puede imaginar. Te admiro, te amo y te sigo imitando ... por eso no puedo aplicar lo de “dejò de existir” porque eso no sucederà mientras vivas en mi memoria y me ocupè hasta hoy y me ocuparè hasta “mi partida”, de dejar impresa en la memoria de tus descendientes, que fuiste y seràs siempre ALGUIEN ESPECIAL.

Ahora que me toca estar lejos por un tiempo de ese General Pico por cuyo crecimiento y desarrollo luchaste tanto y tan desinteresadamente, se me ocurre reclamar una calle que lleve tu nombre. Bien merecido lo tenès. Pero me da miedo de que tengas que compartir alguna esquina con alguno de esos nombres que no pueden ni rozar el tuyo. De todos modos, creo que te lo mereces y espero no morir antes de ver una calle con tu nombre, haciendo esquina con el nombre de muchos de tus contemporàneos ... esos que compartieron tus sueños, tus luchas, tus ideales.

Se que estàs acà, leyendo esto en mi mente antes de que pueda ponerlo en palabras escritas. Se que no estoy loca cuando “te huelo” en ese fuerte olor a habano que nos invade màs de una vez a Oscar y a mi, y nos miramos y los ojos se nos humedecen ... y no hay palabras, sòlo una comuniòn indescriptible que se hace posible porque nunca, nunca nunca, “dejaràs de existir”