miércoles, 11 de noviembre de 2009

Soñè ...? Tuve una visiòn ...? Lo percibì ...?

...No lo se, sòlo sè que fuè muy real y que "lo vi" estando ya acostada, esa noche del sàbado 11 de octubre de 2003 ... y me levantè a escribirlo ...

"Hoy hace 16 años que papi "naciò" a la Vida Eterna. Y parece que lo festejaba "con todo". Hace dos dìas, invitò a su fiesta al tìo Mauro. Mauro no lo pensò demasiado, ademàs hace ya un par de meses (desde que partìò la tìa Angèlica) que tenìa listo el equipaje. El caso es que se puso en camino alentado por las "porras" que desde el otro lado del puente le daban tantas caras conocidas ... y tan queridas.
Al principio del cruce, se confundiò un poco, porque papi y la tìa Pety no se ponìan del todo de acuerdo al momento de guiarle los pasos. Pero cuando los pudo entender bien, apurò el tranco y esta mañana, a las 7:30, ya era "parte del equipo".
Papi, por supuesto, se diò el gusto de esperarlo en primer lugar ... se fundieron en un abrazo apretado y largo ...
Uno a uno, despuès, le dieron todos los demàs, la bienvenida sin palabras que Allì se acostumbra dar.
Una Luz muy clara, muy limpia, muy intensa, alumbraba todo el lugar.
Un poco màs atràs, como de costumbre, mami esperaba el turno para saludarlo. Lo hizo tambièn con un abrazo intenso y càlido en el que puso todo lo que habìa en su corazòn. (Pensar que me llevò una vida entender que mami sentìa mucho màs de lo qu e demostraba).
La ùltima en abrazarlo fuè la tìa Angèlica. No hacìa tanto que se habìan "separado". Y ya se sabìa que no podrìan estarlo por demasiado tiempo. Siempre me pareciò que fuè un matrimonio especial para su època. Supongo que el tìo tuvo lo que llamarìamos "un metejòn" con ella..
Me fuì por las ramas, creo. Es que mientras "veìa" (sin ser vista) todo este alboroto, esta alegrìa, esta cantidad de abrazos ... tuve tiempo de pensar un rato.
Fuè la tìa Pety la que dijo que ya era hora de sentarse a la mesa. Remigio se sentò en la cabecera. Me llamò la atenciòn que sòlo habìa sobre ella un gran mantel blanco, ningùn cubierto, y nada de comida.
Ni bien se sentaron, parecìa como que Mauro estaba dispuesto a la "entrevista" que esperaba le hicieran ... caramba, al fin y al cabo era el ùnico que tenìa noticias frescas del "otro lado".
Cuando quiso empezar a contar, Teresa que estaba a su derecha, le tocò el hombro y le pidiò que mirara detràs de èl ... estaba sentado de espaldas a una baranda de material blanco torneado (no pude saber si granito o blanda nube).
Mirò hacia abajo, sonriò y entendiò por què no le preguntaban nada.
Es que desde ahì se veìa todo ... Dorila, el Cachiyuyo, Pico, Ballester, los hijos, los nietos, los amigos ... todo.
Què bueno que la "comida" no fuera comida, que no hicieron falta las manos para tomar cubiertos, porque Beba no le soltò ni un momento el brazo.
La mesa era enorme, ahì estaban los Gonzàlez, los Appendino, los Robilotta ... en fin, casi no alcancè a ver a todos. Tambièn algunos "amigos inolvidables" de papi y Rina. Entre otros con esa sobriedad y elegancia tan particular, Elena Bergman, con cara de recièn llegada.
Fuè lindo "colarme" un ratito por ahì. Entendì que nadie "se muere", que en realidad estamos "muertos" de este lado.
Llegar ahì, eso sì que es Vida.
Par festejar pusieron la mesa, y la "comida" fuè tomarse de las manos con mucha suavidad ... cerrar los ojos ... y disfrutar de una especie de "corriente comùn" que los hizo transparentes y luminosos ... se veìa tanta luz ....!!!!!!! Se oìa como en bambalinas un coro muy especial, al no puedo describir ... ni escribir ni ejecutar esa mùsica.
Me di cuenta que "EL ALIMENTO" era puro amor compartido. Entendì eso de que en el Cielo no hay hambre, ni sed, ni frìo, ni calor ... pude ver que tampoco hay miedo, ni angustia, ni depresiòn, ni preocupaciones.
Al ver ahì a papi, a Rina, a la Mare, a la abuela Rosa ... entendì tambièn que para disfrutar de tanta Paz, antes hay que vivir de este lado, hacer lo que honestamente uno crea correcto ... equivocarse quizà... acertar algunas veces ... pagar las cuentas pendientes por los errores cometidos y, entonces, un dìa EL PADRE les harà un guiño a ellos y correràn apurados a la punta del puente, porque tambièn yo serè parte de esa fiesta.
Espero ese dìa con calma ... sobre todo, despuès de haber "visto" lo que acabo de contar.


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