sábado, 14 de noviembre de 2009

Donde los pinos se visten con tules ...

Esto lo escribì el domingo 14 de agosto de 2005

"A mitad de camino de Cuernavaca al DF, yendo por la Carretera Federal, casi a 3000 metros de altura, a veces los pinos se visten de tules.
Esto sucede en tiempo de lluvia, es decir, entre junio y noviembre. Llueve ahì por las noches, y los pinos se dan su ducha diaria ... y la disfrutan.
A la mañana temprano, ni bien sale el sol, le regalan a èl las gotas de lluvia que no usaron. El sol, a su vez, empieza a tejer con ellas una fina niebla de tul con que viste a los pinos por un par de horas. Tul que lelos exhiben coquetos Cuando el dìa se adentra, el sol levanta los tules, los enrolla y los eleva en desparejas y preñadas nubes.
El viento se suma al equipo en altura, traslada las nubes y lleva porciones de tules y pinos y los deja caer en los alrededores en renovada lluvia cad noche. Y por la mañana .... empieza de nuevo la danza de tules.
El sàbado, yendo al DF yo vi los pinos vestidos de tules. Y entre los tules danzando, mil tonos de verde en desparejos terrenos sembrados de avena y maìz.
Y uno mira todo eso, pinos, tules, verdes solares y volcanes, y siente que desde las entrañas mismas, Dios sube hasta el alma y desde adentro y desde afuera comienza a uno a hablarle.
Y yo "sentìa" que Dios me hablaba, que Èl ahì estaba, como queriendo regalarme un Divino festìn para mì sola.
Fuè hermoso Mirarlo ahì afuera y sentirlo a mi lado latiendo en el alma, en ese lugar entre el corazòn y el estòmago, diciendome: Aca estoy, Ana..."

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